El beso permanente™
Francisco Javier Sánchez Palomares —Disculpe, señorita, con las prisas se le ha debido de caer este beso. —Oh, gracias, pero no es mío, solo hago uso del beso permanente™. —Mi rizo, sin embargo, es natural. —Lo noté en seguida, caballero. Trabajo en televisión y pasamos más horas en peluquería que frente al camarógrafo. —Sí, han […]
MásLa solución
Francisco Javier Sánchez Palomares Bernardette es una joven elegante a la que le cimbrean al viento las pobladas cejas cuando monta en bicicleta. Las malas lenguas dicen que fue la única chica de Nueva Inglaterra que rechazó desayunar con jarabe de arce en favor del aceite de oliva de Pegalajar. Aunque también hay quien responsabiliza […]
MásApoyao en el quicio de la mancebía
Francisco Javier Sánchez Palomares Hallábase Hortensia hilvanando hombreras en las hoces del río cuando apareció su esposo Gabriel. —Buenos días, querida. Excelente mañana para pasear por el campo. Pero, ¿qué haces rascándote el canal inguinal? —Ay, Gabriel, pues me subyace tremenda picazón bajo las enaguas y túrbome. —Puedo consultar al galeno, si fuese menester, sabes […]
MásUna historia de los Tercios
Francisco Javier Sánchez Palomares —Matilde, que ya he vuelto de la guerra. Estoy un poco cansado. —Vienes desde Flandes a pie, dime algo que no sepa. Y quítate esas botas antes de entrar, tengo la casa como el jaspe y lo vas a poner todo perdido de fango, puerco. —Ni un ósculo, ni una carantoña, […]
MásHotel Pendelton
Francisco Javier Sánchez Palomares —Mayor Show, ¿cuántos días tiene pensado quedarse en el hotel? —Tres semanas, hasta que acabe la temporada de la trucha asalmonada.
MásRick’s drugs
Paco Sánchez Rick demandó a la vieja Lufthansa por no permitirle viajar con su dobergman Ingrid en aquel vuelo de película que le sacó de Casablanca. La perra tuvo que quedarse con el gimnasta olímpico sin centelleo amatorio. Del pleito a la compañía se encargó un Antonio García-Trevijano —aún adolescente—, que pululaba por Estoril a la espera […]
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