Starman

Paco Sánchez – 08 de mayo de 2015

Aparco mi platillo volante en la última rotonda del recinto ferial, tras un Citröen AX sin avispas y junto a una señal de prohibido estacionar. El fuselaje está alineado con la ristra circular de coches, pero el estabilizador horizontal quizá sobresale en exceso. No me preocupa, estoy en un Congreso de Lengua, pero de Lengua como sistema de comunicación y expresión verbal, por lo que es poco probable que se acerque hasta aquí la guardia urbana. Además, si me llegaran a sancionar, ¿a quién le iban a notificar la multa? No estoy empadronado, para ellos no estoy, ni siquiera soy.

Antes de salir del vehículo interestelar cubro el panel de mandos con un tapete de ganchillo, me han dicho que en la Tierra el Sol calienta de narices. Camino ligero hacia la entrada del pabellón. Viene al encuentro mi contacto en el planeta, el profesor Vudufakis. Recuerdo justo a tiempo que tengo que saludarle estrechando la mano. Me parece ridículo, no sé por qué los humanos de la Tierra no se frotan las orejas como hacemos nosotros. Llegamos al control de acceso.

Presión

–Buenos días, bienvenidos al Congreso de la Lengua –nos saluda un joven de Soria con sonrisa solidaria.

–Buenos días, humilde persona que desempeña su labor a cambio de un nimio salario.

No sé por qué motivo el joven adopta un gesto adusto. Tras charlar brevemente con Vudufakis se dirige a mí.

–¿Es tan amable de mostrarme su pase?

–Sí, mire, ¿lo ve?

–Correcto. Déjeme también su carnet de identidad, por favor.

–¡Un momento, un momento! ¡De esto no me dijo nada David Bowie! ¡Ya le acabo de enseñar mi entrada, déjeme pasar!

–Discúlpele, acaba de llegar de un largo viaje y no pasa por su mejor momento mental. Aquí tiene su carnet de identidad –sale al quite el profesor exhibiendo un carnet falso. Aprovecho para comprobar que en la Tierra me llamo Dick Lester.

David Bowie es Astronuncio o Starman, como dicen los anglosajones. Uno de los sesenta y siete Astronuncios  que cohesionan la Tierra con Car Avant Xel, planeta origen de la Humanidad. David y yo somos amigos de la infancia y se ha tomado la molestia de ponerme al tanto de las costumbres terrestres ya que es mi primera visita a esta madriguera de mezquinos. No quiero presumir, pero yo fui quien le sugirió la idea de Ziggy Stardust…

Una vez dentro del pabellón mi primer objetivo es localizar lo que aquí denominan retrete. ¡Ay, Santa Lucía Bosé! No deja de sorprendente el atraso reinante en este planeta, todavía no tienen resueltos aspectos básicos como las necesidades fisiológicas. Quiero aclararos –porque me estáis leyendo, ¿verdad?– que en Car Avant Xel también tenemos religión, pero la única y verdadera. Veneramos a Lucía Bosé como Diosa Suprema, ya que creó la Humanidad por cesárea en un descanso de su habitual partida de chinchón de los miércoles por la tarde en 1955, poco antes de casarse con Luis Miguel Dominguín en las Vegas, en lo que se llamó la Blue Creation en honor al color natural de su pelo. Todo lo anterior son recuerdos inventados por ella misma y su perro e implantados en la memoria colectiva de la especie, sita en una sala de la estación de Metro de Tirso de Molina.

Tras un ataque de risa provocado por la abundancia de Nitrógeno en la atmósfera terrestre, alcanzo al profesor y al resto de asistentes al Congreso de Lengua. Es prioritario mejorar mi escaso dominio del sistema oral de comunicación imperante para integrarme en esta sociedad y no llamar la atención en exceso. Mientras tanto me han recomendado que viva en España para no levantar sospechas debido a mi ineptitud.

El aula donde se va a desarrollar el seminario está llena; en números redondos debe de haber ochocientas ochenta y ocho personas. Vudufakis está en la puerta discutiendo con la responsable del pabellón. Su enfado va en aumento. Ahora la toma por los tobillos con una mano y la aporrea contra el suelo de izquierda a derecha describiendo una semicircunferencia con su cabeza de longitud π · r. Una vez ha acabado con ella, se ajusta la corbata y cruje las cervicales del modo que crujen las cervicales los héroes, camina hacia la tarima y comienza su discurso.

–Buenos días, bienvenidos al tercer Congreso de la Lengua. Antes de nada quiero pedirles disculpas por haber tenido que liquidar a la responsable del pabellón, me acababa de comunicar que no nos iba a proporcionar ni proyector ni pizarra y, como comprenderán, era la única alternativa digna que tenía. Ahora comencemos…

El Congreso es un éxito rotundo; en cuatro horas y diecisiete minutos aprendo todo lo que necesito para comunicarme con mis congéneres terrícolas. También conozco a varias personas muy interesantes. Salimos. El profesor Vudufakis sugiere que vayamos a cenar. Al llegar al vehículo interestelar observamos que alguien ha pinchado uno de los flotadores noxon que componen el sistema de estabilización de la nave. ¡No tenemos presión! Pregunto al profesor dónde podemos obtener aire comprimido y me indica que en una gasolinera. Acudimos a ella y solucionamos el problema. Partimos veloces hacia un establecimiento en el cual nos sirvan alimentos, Vudufakis asegura que lo mejor es comer unos sándwiches de rodillas. La postura me parece innecesaria, pero accedo sin rechistar. Estacionamos la nave junto a un lugar infame que aquí llaman Centro Comercial. Ahora no es necesario proteger el salpicadero con el tapete de ganchillo porque es de noche. Está atestado de gente, mas nadie parece sorprenderse  por el aspecto de nuestro transporte. Durante la cena conversamos alegremente, bosquejamos proyectos ilusionantes y elogiamos a varios asistentes al Congreso. Por último, le comunico que el Gobierno de Car Avant Xel me ha dado un plazo de siete semanas para observar a la Humanidad de la Tierra y evaluar si deben seguir existiendo o no.

3 Comentarios

  1. canalesv

    Terry Paco Pratchett, está???? Y Stanislav Paco Lem??? Colega, me desovarizo, qué risa más buena. Vas por el buen camino, vas bieeen. Gracias por seguir en la brecha de las letras a pesar del día a día, o gracias a él.. Abrazo letroso

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